TRABAJO CORPORAL

“El cuerpo no está formado únicamente por músculos, pero sólo los músculos modelan al cuerpo” (Therese Bertherat)
El sistema locomotor (huesos, articulaciones y músculos) tiene la plasticidad necesaria para acceder con nuestras manos a cualquier sector de nuestro propio cuerpo y del entorno, con la finalidad de trasladarnos, tomar del medio ambiente lo necesario para subsistir y defendernos. Cada articulación y segmento corporal, se encuentra preparado para realizar únicamente los movimientos necesarios y con economía de esfuerzo.
Pero los encargados de movilizar cada sector son los músculos. Estos son los responsables de la fuerza, velocidad y coordinación para realizar los movimientos (en realidad, ejecutan órdenes del verdadero responsable, el Sistema Nervioso Central).
Pero, la acción muscular no sólo es responsable del movimiento; “estar quieto” requiere de su trabajo, por dos razones fundamentales:
a- la existencia de la fuerza de gravedad, requiere un esfuerzo muscular para que el esqueleto no termine constituyendo una “pila de huesos” en el suelo;
b- la “forma humana”, con su centro de gravedad alto y una base de sustentación pequeña, exige un trabajo muscular extra para mantener el equilibrio (en movimiento ó quieto).
Por todo esto, cualquier factor que produzca un desequilibrio muscular, provocaría cambios posturales. En todo caso, la necesidad de mantener el equilibrio, generaría “correcciones” en otros sectores del cuerpo, las cuales darían como resultado la “ilusión” de un cuerpo equilibrado, cuando en realidad tendríamos que hablar de cuerpo “compensado”.
El transcurso del tiempo, en estas condiciones, puede generar (y genera) un trabajo defectuoso de huesos y articulaciones, con dolor e inflamación crónicos (en muchos casos) los cuales inducirán nuevas “compensaciones” y la posibilidad de deformidades permanentes.
Creemos que muchos de los llamados “procesos de deformación de nuestro cuerpo, por efecto de la edad”, no son otra cosa que el resultado final de una larga serie de “fracasos organizados” por seguir en pié.
Quedará por discutir el “origen” primario de estos “trastornos posturales”. Se sabe que los músculos responden a las órdenes del sistema nervioso central y que este es un “gran desconocido” en muchos aspectos.
W. Reich descubrió un paralelismo interesante entre ciertos rasgos del carácter y la postura corporal. A la luz de la nueva concepción del ser humano como “unidad cuerpo-mente”, podemos entender por qué la reeducación postural conlleva un reencuentro con lo saludable que existe en cada uno de nosotros, a nivel psicofísico.
Para ello es necesario tomar conciencia del estado muscular propio y de los cambios producidos cuando trabajamos en pos de alcanzar el equilibrio muscular perdido.